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Quien es docente donde quiera y como sea enseña
- julio 10, 2020
- Publicado por: Mauricio José Chaulón Vélez
- Categoría: Comunidad Educación Educación Privada Educación Pública Estado Tecnología Texto

Uno de los primeros campos que se vio afectado por la pandemia del Covid19 fue el de la educación, en todos sus niveles. Parvularios, escuelas y colegios de primaria, centros privados y públicos de educación media, así como universidades y otras academias de formación superior, contando también a espacios de capacitaciones técnicas y específicas, dejaron de recibir estudiantes y docentes porque son lugares de reunión de muchas personas y, por lo tanto, focos de contagio de este peligroso virus. “¿Qué hacer?” fue la pregunta que surgió en los órganos de dirección de todas estas entidades. Por un momento se pensó que las medidas de prevención serían por corto tiempo, pero la realidad nos rebasó y prácticamente, en lo que respecta a lo educativo, serán todo el 2020. De inmediato se consideraron las metodologías virtuales, ya que la tecnología actual permite su utilización como herramienta pedagógica y andragógica efectiva. Sin embargo, no en todos los casos esto es posible. Muchas personas entre alumnos y profesores no cuentan con instrumentos para transmitir y recibir clases o cursos a través de la Internet. Para quienes tenemos el privilegio de hacerlo, lo encontramos como una vía adecuada que ha resuelto el problema del distanciamiento físico obligado, pero esa no es la situación de muchísimas personas. Inclusive, en los grupos de estudiantes universitarios con quienes laboro existen inconvenientes como acceso a paquetes de Internet que incluyan un buen ancho de banda y de recepción de datos, ya sea por razones económicas, geográficas, meteorológicas o tecnológicas. Cabe decir que nosotros los profesores no estamos exentos de estos problemas. Y aunque hemos seguido adelante, no hay duda de que la pandemia nos enseñó que no estábamos preparados para la educación virtual al cien por ciento. Nunca nos imaginamos que iba a ser utilizada de la forma en que la estamos aplicando, porque los métodos hegemónicos seguían siendo considerados los más adecuados. Pero todas las metodologías tienen sus dificultades y contradicciones. Por ejemplo, en condiciones normales hay estudiantes que no pueden asistir al centro de estudios debido a distancias o inconvenientes de movilización. No obstante, hay procesos de descentralización que van funcionando a pesar de que son lentos por la misma estructura socioeconómica del país; actualmente, hay diversas formas de acceso a programas educativos que amplían la posibilidad de formarse. El problema es que algunos son de muy mala calidad y la educación pública no se ha recuperado para que prime la política de acceso universal a cualquier tipo de formación y de alta calidad. Ojalá esto se resuelva pronto. Pero volviendo al punto central de mi artículo, hoy que trabajamos desde casa los contratiempos son otros, por lo que deberemos de ir solucionándolos en la medida en que vayamos reconociéndolos. Porque todo es un aprendizaje, y de eso quienes nos dedicamos a la educación sabemos bastante. Lo que quiero decir es que sea como estemos trabajando de acuerdo a las circunstancias, siempre habrá algo qué solucionar.

Pero insisto que, en este momento, quienes mayores trabas tienen son aquellas personas que están incomunicadas en lo electrónico y lo virtual. Y todavía en esas situaciones estamos viendo que quien es docente donde quiera (y como sea) enseña. Maestras y maestros rurales y de áreas urbanas con serias limitaciones sociales llegan a los centros educativos para armar paquetes de aprendizaje, guías de estudio y textos paralelos. Asimismo, algunos van de casa en casa para asegurarse de que sus alumnos y alumnas recibieron los materiales. No es comparable, pero en mi caso personal, uno de estos días se cayó mi señal de Internet y la plataforma para dar la clase dejó de funcionar. Lo que hice fue grabarles la clase en audios de la aplicación de mensajería instantánea WhatsApp, que es de uso ampliamente conocido en los teléfonos inteligentes y que es sumamente efectiva por sus recursos, como precisamente los que permiten grabar mensajes de voz. Y lo complementé con el envío posterior de una presentación en formato Power Point, un texto de resumen y un documento complementario.
Vuelvo al título de este breve artículo: quien es docente donde quiera y como sea enseña. Nadie, seguramente, ha dejado de preocuparse por lo que está sucediendo, y las incomodidades están a la orden del día. Pero algo también es seguro: hemos logrado crear, recrear e inventar, y eso se llama construcción. A eso nos dedicamos las y los educadores, y por eso estamos ante un nuevo conjunto de retos como todos los días lo es este trabajo al cual nos dedicamos por pura vocación, si es que lo hacemos de verdad. Pero el llamado también es a autoridades estatales y privadas, para que valoren este esfuerzo y el acceso a recursos tanto para profesores como para estudiantes, sea el adecuado, y los salarios de docentes no dejen de ser reconocidos, así como el respeto al tiempo de trabajo y descanso pertinentes.